En el departamento de Córdoba, la libertad de prensa se ve amenazada no solo por la violencia física y psicológica, sino también por una red sutil pero poderosa de complicidades entre políticos, bodegas y funcionarios públicos. En este escenario, denunciar la corrupción se convierte en un acto valiente que enfrenta no solo las amenazas de muerte , sino también el desprestigio urdido desde las altas esferas del poder.
Es innegable que algunos políticos han tejido alianzas oscuras con bandas criminales para silenciar a los periodistas que se atreven a destapar la corrupción, como pasó con Rafael Moreno Garavito y otros periodistas más que fueron asesinados y su muerte sigue impune porque en Córdoba los funcionarios de algunas fiscalías son cuota de los politiqueros corruptos y todo queda engavetado, o en su defecto, los archivos desaparecen como desaparecieron archivos de la Fiscalía General de la Nación en Bogotá.
Es visible y esto agraba mucho más la situación actual y, es la existencia de bodegas que no solo defienden a capa y espada a los politicos corruptos, sino que buscan desacreditar a los periodistas que buscan la verdad. Este entramado no solo socava la confianza en la prensa, sino que desencadena ataques coordinados contra los medios de comunicación que se atreven a levantar la voz.

Cuando un medio denuncia prácticas corruptas, las bodegas y algunos funcionarios públicos no dudan en orquestar una campaña de desprestigio. Utilizan tácticas que van desde perfilar al periodista, la difamación y la estigmatización, creando un caldo de cultivo propicio para el linchamiento mediático. En este contexto, algunos periodistas se ven enfrentados no solo a amenazas de muerte, sino también a la descalificación profesional que busca socavar su credibilidad y dejarlos en la indefensión.
Es fundamental reconocer el trabajo incansable de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), que ha asumido la valiente tarea de defender a los medios de comunicación y a sus periodistas en Córdoba y el pais. La FLIP ha abogado por el respeto al derecho a comunicar y ha luchado contra los intentos de silenciar a la prensa independiente. Sin embargo, es imperativo que esta labor se fortalezca y que se promueva un ambiente donde la libertad de prensa sea un pilar incuestionable de la sociedad.
Es cierto que algunos periodistas y medios pueden caer en prácticas cuestionables al servicio de intereses polítiqueros. No obstante, esto no justifica el ataque sistemático y coordinado contra la prensa que cumple con los estándares éticos y legales. En lugar de desacreditar a la totalidad de la prensa, es necesario diferenciar entre aquellos que buscan la verdad y aquellos que se desvían de su deber ético.
La vulnerabilidad de la prensa en Córdoba, no solo se manifiesta en las amenazas de muerte, sino también en el desprestigio articulado desde bodegas y funcionarios públicos. Es responsabilidad de la sociedad codobesa exigir un respeto irrestricto a la libertad de prensa, promoviendo un ambiente donde los periodistas puedan cumplir con su deber sin temor a represalias. La verdad y la transparencia son pilares fundamentales de una sociedad democrática, y es hora de protegerlos en Córdoba y en todo el país.