La comunidad de La Apartada, Córdoba, enfrenta una serie de necesidades que requieren atención inmediata. La escasez de agua potable, la falta de alcantarillado, la precaria generación de empleo, el mal estado de las aulas escolares y el deficiente sistema de salud, son solo algunas de las problemáticas que aquejan a este municipio.
Los residentes de La Apartada expresan su descontento de manera constante frente a esta situación que afecta todos los aspectos de su vida. Muchos se ven obligados a acostarse sin haber probado un bocado, mientras enfrentan la desesperanza de la falta de oportunidades laborales. Aproximadamente el 70% de los habitantes de La Apartada sufren por la falta de empleo y los pocos que trabajan lo hacen fuera del municipio, mientras que los restantes se sustentan precariamente con trabajos informales que no les brindan los recursos suficientes para subsistir.
Es evidente que la gestión gubernamental en La Apartada ha sido deficiente, con líderes políticos más preocupados por asegurar su poder que por abordar las necesidades reales de la comunidad. Esta situación se agrava por la presencia de políticos oportunistas que ofrecen plata ante tanta necesidad para soluciones temporales o en tiempo de campañas políticas a cambio de apoyo electoral, perpetuando un ciclo de pobreza y dependencia.
La administración anterior, liderada por Luis Carlos Gonzales, fue incapaz de realizar inversiones significativas en áreas críticas como salud, educación, saneamiento básico y empleabilidad. Desafortunadamente, las perspectivas para el nuevo mandato bajo el liderazgo del alcalde Oscar Calao no parecen prometedoras, dado el retraso en la ejecución de proyectos de beneficio comunitario.
La administración municipal está en la obligación de reconocer la gravedad de la situación en La Apartada y debe actuar con urgencia e implementar medidas concretas que mejoren la calidad de vida de sus habitantes. El estancamiento y la falta de acción sólo perpetúan la injusticia y la desigualdad en este municipio.
La situación en La Apartada, Córdoba, nos remite a épocas pasadas, recordándonos el feudalismo, un sistema político y social obsoleto que favorecía a los señores feudales a expensas de la población. Es fundamental que aprendamos de la historia para evitar repetir los errores del pasado y trabajar hacia un futuro más equitativo y próspero para todos los ciudadanos.